Mostrando entradas con la etiqueta coaching educacional. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta coaching educacional. Mostrar todas las entradas

sábado, 12 de mayo de 2018

PAS - Personas de Alta Sensibilidad

Hola a todos. Después de un tiempo sin escribir, quería abrir mi corazón respecto a un tema que me toca directamente.

Todos nos sentimos alguna vez abrumados, desbordados, agotados.

En las últimas semanas mi cuerpo llegó al límite de sus fuerzas. Enlacé gastrointeritis, con anginas, con un nuevo proceso gripal y de nuevo gastrointeritis.

Todo este proceso de enfermedad me ha servido para darme cuenta de muchas cosas...

A veces es necesario parar. Parar a escuchar al cuerpo. Parar a escuchar nuestra propia voz.

¿Quién soy?
¿Qué quiero?
¿Por qué me molesta lo que me molesta?

Parar como la mariposa dentro de la crisálida para poder crecer.

En este parón tan necesario, he aprovechado para descansar, conectar conmigo misma y hacer formación, ejercicio físico, meditación... ¡Y volver a escribir!

Dentro de la formación que he recibido, anoche realicé un taller sobre Personas de Alta Sensibilidad.

Lo he realizado de la mano de Noelia Rodriguez, formadora de Pedagogía Blanca, asesora de crianza y lactancia. (Podéis descubrir más sobre ella aquí)

Y es que la maternidad me abrió a la vida... Siempre agradeceré a mi hija que me haya descubierto quién soy yo, qué quiero para mi vida y la suya, y me siga enseñando la importancia de encontrar el equilibrio entre respetar sus necesidades y las mías propias.

¿Alguna vez te has sentido "rara", "diferente", "fuera de lugar"?

Yo sí. Es una sensación muy desagradable. Sentir que no pertenezco, que no "encajo".

La necesidad de pertenencia es una necesidad básica de nuestro cerebro. Sentirnos queridos.

Como maestra siempre he cuidado muchísimo este aspecto. Un niño que no se siente querido, no puede aprender.

Por eso, siempre insisto que por encima de saber muchas Mates o mucho Inglés, lo fundamental es que ayudemos a nuestros alumnos (y a nuestros hijos) a ser autónomos, responsables. Que sean respetuosos, amables y ayuden a los demás.

Últimamente añadiría que antes de nada debemos enseñarles a conocerse y respetarse a sí mismos

¿Cómo enseñar el respeto a uno mismo y a los demás?

A través del ejemplo.

Lo maravilloso de ser maestra y mamá es que mis alumnos y mi hija me enseñan cada día la importancia de poner límites, de hacerme cargo de mis emociones, de ser honesta y pedir lo que quiero siempre desde el cariño, pues es lo mismo que yo necesito: que sean honestos y me pidan lo que quieren con cariño.

Me impulsan a buscar siempre la mejor versión de mí misma. Asertiva. Serena. Llena de energía para mí y para ellos.

Volviendo al tema que nos ocupa... 

¿Cómo es una persona con Alta Sensibilidad?

1. Las PAS somos personas con una percepción sensorial aguda. Esto quiere decir que a través de nuestros sentidos recibimos cantidad de información a todos los niveles: visual, auditivo, de olores...

Desde muy pequeña he tenido una sensibilidad especial para la música y los sonidos.
Me molestaban los ruidos fuertes, el bullicio...
Me emocionaba mucho con las canciones y podía pasar horas escuchando música y perdiéndome en los matices de los arreglos musicales, las melodías, las letras...

De igual forma, siempre he tenido un sentido del olfato muy desarrollado.
Los olores fuertes me dan dolor de cabeza.
Incluso, en mi primer año de funcionaria, sufrí migrañas, en las que los olores eran determinantes.

También tengo la piel muy sensible e irritable. Me quemo con facilidad y enseguida me salen marcas, arañazos, rojeces o moratones.

A nivel visual, me fijo mucho en los detalles. Me gustan mucho las manualidades y el dibujo desde que era niña. 

Siempre me fijo en cómo va vestida la gente, su pelo, su maquillaje...

Me doy cuenta rápidamente si alguien cambia algo de sitio o si está embarazada, por poner un ejemplo.

Como podéis imaginar, esto en ocasiones satura. 

Por eso el silencio, el contacto con la naturaleza y "gente bonita" es tan importante para mí.

Así mismo, los momentos de descanso, de relax, de dispersión, de "no hacer nada", también me dan la vida para poder soltar todo lo que no me hace bien; bajar el ritmo y volver a sentir mi cuerpo. Estar centrada en lo que verdaderamente me importa: mi familia, mi salud, el cariño de gente querida, la risa, la creatividad, compartir lo que sé y siento.

2. Las PAS tenemos una intensidad emocional por encima de la media. Es decir, vivimos todas las emociones a lo grande.

Por eso, cuando estamos viviendo un momento bonito o agradable, somos capaces de disfrutar y sentir una plenitud que nos hace inmensamente felices.

Sin embargo, por contra, "hacemos un mundo" cuando algo nos preocupa, cuando alguien nos da un disgusto, cuando nos hablan mal o tienen un gesto irrespetuoso para con nosotros.

Es muy habitual que nos tilden de "exagerados" o "susceptibles".

"¡No se te puede decir nada!" - me han dicho muchas veces.

Entiendo que es difícil de entender para las personas que no son como yo, pero lo cierto es que las formas me importan Y MUCHO.

Eso no quiere decir que no admita peticiones, críticas o sugerencias, simplemente que necesito que me hablen con cariño, en un tono tranquilo y sin ataques personales.

Tampoco quiere decir que yo sea "buena" y las otras personas sean "malas". Simplemente somos diferentes. Todos tenemos cosas que aportar y aprender. ¡Para eso estamos aquí!

3. Relacionado con lo anterior, las personas de Alta Sensibilidad tenemos un alto nivel de empatía

Según las propias palabras de Noelia, "nos resulta imposible no conectar".

Según llego al cole cada día, me resulta inevitable observar en qué estado emocional se encuentran mis compañeros y mis alumnos.

Sólo con una mirada, ya percibo si alguien está enfadado o triste.

Observo constantemente a mi hija. Aprendo a acompañarla en su intensidad (porque ella también lo vive todo a lo grande).

Me duele cuando veo que otra persona lo está pasando mal. Cuando veo que un niño llora o no le respetan. Una parte de mí quisiera abrazarlos siempre y decirles "Te entiendo. Tienes derecho a ser como eres."

A veces me entran "ataques de amor". Y no puedo evitar abrazar a alguien o darle un beso, porque me emociono al ver qué bonita es esa persona o qué mágico es ver su vulnerabilidad, que le hace humana y digna de amor infinito.

Protegerme es uno de mis grandes retos. Saber poner límites para que no me afecte cómo se encuentran los demás.

No se trata de ser otra persona. De renunciar a mi esencia. Sino de saber:

- Cuándo es el momento de una retirada.
- Expresar lo que quiero, lo que me gusta y lo que no.
- No sobrepasar mis límites.
- Poner orden en mi entorno y darme tiempos para ordenar también mis ideas.
- Permitirme sentir lo que siento sin apegarme demasiado.
- Respetar que los demás no sean como yo, ni se den cuenta de las cosas que yo sí me doy.
- Buscar ayuda en las personas adecuadas.
- Intentar ayudar sólo al que esté abierto y dispuesto a escuchar y hacer lo necesario para crecer. (Esto es extensible para las familias con las que trabajo, mi pareja, mis familiares, amistades o compañeros de profesión.)

4. Las personas altamente sensibles tenemos un mundo interior profundo y complejo.
Constantemente estamos cuestionándolo todo.

¿Por qué los demás actúan como lo hacen?
¿Qué le pasa a la gente? ¿Qué le ha llevado a ser como es?
¿Cómo funciona la mente? ¿Cómo funcionan las emociones?
¿Cómo aprendemos?

Al dedicarme a la educación, me cuestiono constantemente sobre la metodología, la forma de enseñar y tratar a los niños.

¿Cómo mejorar el sistema? 
¿Cuál es la mejor forma de enseñar a leer y escribir?
¿Cómo puedo hacerlo mejor como profe bilingüe para que los niños no tengan lagunas?

Y por supuesto, a nivel personal...

¿Cuál es mi lugar?
¿Cuál es mi misión?

Dentro de ese mundo me pierdo. Pierdo la noción del tiempo investigando sobre los temas que me interesan. Leyendo y escribiendo.

Últimamente se me ha abierto un nuevo mundo. Todo lo relacionado con los mensajes del cuerpo.

Hago conexiones entre lo que sé, lo que he vivido, lo que siento.
Voy constantemente hacia atrás repasando mis vivencias desde niña y buscando también en mi historia familiar los porqués.

En este punto, lejos de pensar que "tengo mala suerte", agradezco cada persona que llega a mi vida por todo lo que me aporta. Agradezco que la gente me haga de espejo.

He descubierto que todos nosotros somos como un gran iceberg, tal y como me contó mi profe de meditación, Elisa. (Si vivís en Colmenar Viejo, sois mamás o futuras mamás, os recomiendo que la conozcais. Podéis encontrar más información sobre ella aquí

Todo lo que está fuera del agua, a la luz, es lo que conocemos de nosotros mismos.
Todo lo que está dentro, oscuro, oculto, en el inconsciente, nuestro o heredado, es lo que los demás nos reflejan y nos remueve, nos altera, nos irrita...

Desde el lugar donde me encuentro ahora, doy gracias a todos aquellos que me enseñan lo que soy. Lo que me gusta y lo que no. Lo que me permito y lo que no.

Gracias a vosotros estoy en el camino de ser más feliz y mejor.
Gracias a mis errores, aprendo. Me caigo y me levanto con más fuerza y sabiduría (no sólo conocimientos).

Yendo más allá...

Si acabas de descubrir que tú también eres PAS o que tu hijo/a o alguno de tus alumnos/as son PAS, esto es lo que te diría tu peque (si pudiera y supiera):

Sé paciente

Valida mis emociones. Permíteme sentir lo que siento (aunque luego necesite ayuda para gestionarlo)

Pon límites y enséñame a ponerlos 

Se asertivo y cariñoso

No intentes cambiarme. Acéptame INCONDICIONALMENTE

Valora todo lo bueno que tengo: alegría, creatividad, un amor inmenso para regalar...

Déjame espacio para la introspección. Tiempo para pensar, para desarrollar mi creatividad, para investigar...

 Habla mucho conmigo: de cómo funciona el mundo, de cómo te sientes, de cómo me siento yo...

Bríndame herramientas útiles para la vida: comunicación no violenta, habilidades sociales, resiliencia...

Hazme el regalo de actividades de relajación/yoga/meditación/mindfulness

 Rodéame de gente bonita

Cuida los detalles: el orden, el exceso de ruido, los horarios...

¡Contágiate de la magia que supone tenerme en tu vida!



Por último, os dejo un vídeo que me emocionó profundamente hace poco y quiero compartir:




P.D.

Gracias Elisa por acompañarme en mi maternidad. Por haberme regalado tanta luz. Por ayudarme a ser mejor y más feliz. Gracias por SER TÚ.

Gracias a todas esas mamás que me han confiado a sus hijos. Que me han abierto su corazón de madre y mujer. Que siguen queriendo aprender y luchan por su felicidad y la de sus hijos/as.

Gracias a todas las mujeres-mamás que me acompañan y me ayudan a seguir creciendo y brillando. 

Gracias a todos los profesionales que desde distintas disciplinas me ayudan a estar bien. Serena y sana.

Gracias mamá. Sé que lo hiciste lo mejor que pudiste y supiste. Gracias por lo que me enseñaste y me sigues enseñando. ¡Eres tan bonita que ni tú lo sabes!

Gracias papá por ser también sensible. Diferente a mí pero siempre conectado. Mi ángel de la guarda. Que me acompaña. Que aprende conmigo a abrir su alma. Que me enseña a disfrutar de la vida y a LUCHAR por mis sueños. ¡Qué orgullosa estoy de ti!

Gracias a mis hermanas; mis referentes como madre y mujer. 
Gracias también a mi hermano por ser una persona "bombilla" de ole, ole y ole. Que transmite tanta ternura y alegría con su sonrisa. Tu sentido del humor es medicina para mí.

Gracias mi amor por tu paciencia y tu apoyo. Sé que no siempre es fácil.

Gracias Luz, hija mía, por ser mi mejor maestra. 

lunes, 19 de septiembre de 2016

¿Cómo organizar las clases de inglés en Infantil?

Hace unos días compartí una entrada sobre las rutinas que yo sigo cuando doy clase de Inglés en Infantil.

Visto que es un tema que os interesa, he decidido hacer esta segunda entrada sugiriendo una lista de contenidos y recursos que podéis utilizar en vuestras clases.

Muchos de vosotros empezáis por primera vez en esta etapa.
Otros, lleváis algún tiempo y andáis a la búsqueda de actividades que podéis realizar.

Las propuestas que os traigo están basadas en mi experiencia personal, no en ningún libro o método en concreto.

¡Vamos allá! ¿Me acompañas?



Consejitos iniciales

Como os dije en la anterior entrada (que podéis leer aquí), lo primero que hay que hacer cuando se entra en una clase de Infantil es "cambiar el chip".

Tener una planificación es importante, por supuesto.
Pero más que una programación cerrada y unos objetivos ambiciosos, lo que hay que tener claro es unas poquitas ideas que iremos desarrollando según se suceda el curso.

1. Paciencia y positividad

Si empiezas en 3 años.
Si estás en una clase de 4 años con la que ya trabajaste el año anterior.
Si eres nuevo en el cole.
Si nunca has dado clase en Infantil...

¡Cárgate de energía positiva!

Ve dispuesto a disfrutar. Dar y recibir cariño.

No pretendas controlarlo todo.
No  tengas como objetivo que los niños te estén escuchando durante toda la sesión.

Su impulsividad natural, sus ganas de jugar, su inmadurez... En muchas ocasiones no se lo permite.

NO ES TU CULPA.

No pienses que lo estás haciendo mal sólo porque pierdes su atención con facilidad. Ellos y tú necesitáis tiempo para conoceros y conectar.

2. Actividades y materiales preparados. ¿Sí o no?

No es lo mismo Secundaria que Primaria.
No es lo mismo Primaria que Infantil.

En Infantil, muchas veces, no sabes cuánto tiempo te va a llevar una actividad.
Por eso, es recomendable tener pensadas unas cuantas actividades.
Y sobre todo, saber "leer" a los niños.

Con esto me refiero a que tú puedes haber preparado una serie de juegos para un día, pero si entras en la clase y al poco tiempo ves que se cansan, que están demasiado activos... Hay que cambiar el plan.

No te empeñes en hacer todas y cada una de las actividades que hubieras planificado.
Ni tampoco te estreses si "no te da tiempo".

Hay muchos días por delante. ¡Un curso entero!
Y lo que no consigas hoy, irá saliendo con el tiempo.

Si te sobran actividades, guárdatelas para otro día.
Si te sobra tiempo, aprovecha canciones o cuentos que sabes que les gustan porque ya has usado otros días.

3. Entrena tu capacidad de adaptación y de improvisación

Este consejo tiene que ver con los dos anteriores, por ello no me voy a detener mucho a explicarlo.

Sí te diré que Educación Infantil es una etapa maravillosa. Mágica.

Procura vivir los momentos con los niños de estas edades como una oportunidad para dejarte mimar y hacer cosas que con tus alumnos mayores quizá no puedas por falta de tiempo: bailar, cantar, pintar, jugar...


4. Actividades cortas siempre son mejor opción.

Como os decía, los niños de Infantil no suelen aguantar mucho tiempo haciendo lo mismo.
Por eso, siempre es mejor realizar juegos rápidos, tener a mano canciones cortas y pegadizas, cuentos cortos y atractivos.

Recursos materiales

Pizarra digital

Hay profes muy acostumbrados a trabajar con Pizarra digital en Primaria y Secundaria, que cuando no la tienen en un aula de Infantil se sienten perdidos.

Es normal.

Personalmente, he dado inglés en Infantil con PDI y sin ella.

¿Se puede sobrevivir? .


De hecho, con mis alumnos de 4 años, el año pasado, yo sólo utilizaba la PDI una vez por semana.
Las otras dos sesiones hacía otras actividades.

¿Por qué?

Porque muchas veces, con la pantalla, se quedan "como hipnotizados". Parece que "no hay niños".

Eso a mí no me gusta. A veces me pongo a pensar si realmente es buena tanta tecnología.
El hecho de que les hables durante una proyección y que no te miren ni te contesten, asusta.

Por otra parte, a veces dudo de cuánto están aprendiendo realmente cuando sólo tienen input.

Así que te diré que, según mi experiencia, las TIC son una gran ayuda. Tienen muchísimo potencial, pero tampoco hay que abusar de ellas.

¿Cómo usar la pizarra digital en Infantil?

Canciones

En el blog podéis encontrar cantidad de canciones que uso siempre con mis alumnos.
La música nunca debería eliminarse del aula, en ninguna etapa educativa.

En la parte de etiquetas del blog, podéis encontrar por temas clasificadas aquellas que he utilizado en el aula y sé que les encantan. De no ser así, ¡no las compartiría!

Grandes favoritos de YouTube


Suelen tener unos vídeos super lindos. Las canciones son cortas y enseguida se las aprenden.
Además, tienen muchísima variedad en la temática.


En este canal, hay que ser un poco más selectivos, pero tienen algunas canciones que a los niños les gustan mucho.

Las hay más simples, sólo para colores o números por ejemplo, que yo he utilizado desde los 3 años con mis alumnos y son un éxito.




¡Jules es un encanto!

Este chico, que tuvimos la ocasión de conocer en persona en mi cole hace dos años, tiene unas canciones muy bonitas y variadas, tanto para niños pequeños, como para más mayores (que valen tanto para Inglés como para Natural o Social Science, si impartes bilingüismo, como es mi caso).


¿Qué os puedo contar sobre Matt?


¡Alucinante!

He de reconocer que a mí a veces me da la risa porque su indumentaria, su forma de hablar y sus gestos... Son un poco peculiares. Pero a los niños ¡les encanta!

También tiene cantidad de vídeos sobre muchos temas que dan mucho juego. Además, muchos de ellos tienen un toque de humor que viene muy bien.



Mucho ritmo. Mucha variedad. Suele ir acompañado de bailes que los niños aprenden con facilidad y se parten de la risa. ¡Genial!



En este canal también hay que ser un poco selectivo. Algunas canciones son un poquito lentas para mi gusto, pero las de ABC son geniales. Las he utilizado mucho tanto en Infantil como en Primero y Segundo de Primaria con grandes resultados.

Cuentos

Para los cuentos suelo un poco improvisar, aunque hay algunos autores que merecen la pena seguir.

Uno de ellos es Eric Carl.

Tiene cuentos muy muy famosos que son muy bonitos y apropiados para Educación Infantil:


Para trabajar el tema de los alimentos.

The Very Busy Spider.

Para trabajar los animales.
Hice una entrada en el blog sólo sobre este cuento y sobre "There was an Old Lady Who Swallowed a Fly" hace algún tiempo. Os la dejo aquí.


Brown Bear, Brown Bear.

Para trabajar los colores y los animales. Es muy repetitivo, con lo cual, se sigue muy bien.


Os dejo un vídeo del último cuento que he conocido suyo: "From Head to Toe". Ideal para trabajar las partes del cuerpo y los animales.


Juegos interactivos

Mis favoritos para infantil son los juegos de memoria, que suelo compartir también por temas.
También hay algunos un poquito más complicados, como los del Pirata, que mis alumnos adoran.

Por no alargarme más, os invito a buscar en el blog vosotros mismos en función del tema que estéis trabajando.

¿Y si no tengo pizarra digital, qué hago?

Planifica una estructura para tus clases.

1. Rutinas


  • Saludamos. 
  • Preguntamos cómo estamos, qué día es, qué tiempo hace...
  • Repasamos números y colores.
  • Cantamos alguna canción. Quizá no tengas pizarra digital, pero sí radiocassette o unos altavoces que puedas adaptar a tu teléfono. Te recomiendo que descargues las canciones que te gusten como mp3.
2. Pensamos en qué vocabulario vamos a trabajar

En función de la edad, podemos trabajar:

De 3 a 5 palabras de cada tema con 3 años.
Unas 6 palabras de cada tema en 4 años.
Hasta 10 palabras de cada tema en 5 años, vinculando con temas que verán en Primaria, especialmente si el colegio es bilingüe.

Temas básicos

- Números (del 1 al 5 en 3 años. Del 1 al 10 en 4 años y del 1 al 20 en 5 años).
- Colores.
- Tiempo atmosférico.
- Emociones.
- Días de la semana.
- Estaciones del año.
- Meses del año (para 4 y 5 años, sobre todo).
- Partes del cuerpo.
- Miembros de la familia.
- Ropa.
- Alimentos.
- Objetos escolares.
- Animales (domésticos en 3 años, de granja en 4 años y salvajes en 5 años).

Temas avanzados

Para cuando tienes muchas sesiones, un nivel alto o estás en un cole bilingüe trabajando en 5 años

- Partes del colegio.
- Partes de la ciudad.
- Partes de la casa.
- Profesiones.
- Medios de transporte.

Y todos aquellos relacionados con Social y Natural Science que veáis que son del interés de los niños.

3. Trabajamos juegos y cuentos con material que consigamos o fabriquemos

Juegos con flashcards, manualidades sencillas como continuidad a un cuento...

4. Introducimos los sonidos iniciales

Con canciones y haciendo especial hincapié en la pronunciación.

Último consejo...


Pide ayuda.

A otras profes de inglés en Infantil.
En las Redes Sociales, a través de grupos de Facebook o en Twitter.
Busca inspiración en Pinterest o Instagram.

Pero especialmente a tus compañeras tutoras. Ellas son quienes pasan más tiempo con los niños. Los que les conocen. Los que saben más sobre cómo son, cómo se encuentran, qué necesitan...


¿Qué os ha parecido la entrada? ¿Os ha gustado?
Dejádme vuestros comentarios y sugerencias para seguir mejorando o buscar nuevas ideas.

jueves, 15 de septiembre de 2016

¿Cómo mantener la mente positiva? Periodo de adaptación II.

Hoy quiero mandar un mensaje para motivar a todo aquel que se encuentre en pleno periodo de adaptación:

Mamá. Papá. Maestro. Maestra. Docente....

No estás solo. 


Hoy os traigo mi experiencia personal y algunos consejos, siguiendo en la línea del anterior post sobre la adaptación a la escuela.

¿Me acompañas?

Cuando hablamos de periodo de adaptación, nos centramos siempre en los niños/as, principales protagonistas de la educación.

Sin embargo, hoy quiero centrarme en familias y docentes.

Como veis, hasta ahora no he diferenciado entre Educación Infantil y Educación Primaria, ya que la adaptación es un proceso que tiene lugar todos los cursos.

Todos los años son diferentes, incluso aunque los niños continúen en el mismo colegio y con el mismo tutor. Siempre habrá pequeños (o grandes) cambios a los que acostumbrarse.

Por otra parte, es cierto que hay cursos clave:

- El primer año de Escuela Infantil (ya sea de bebés, con un año o dos)
- El primer curso "en el cole", que suele ser a los 3 años.
- El paso a Primaria, con 6 años.
- El paso al Instituto.

Respecto a los niños

Insisto en que, sea el momento que sea de la vida del niño, no es necesario "atormentarles" con la idea de "la vuelta al cole".

No hace falta que estemos todo el día hablando sobre el tema ni mucho menos amenazándoles o creando miedos innecesarios respecto a lo que se van a encontrar.

Muchos niños llevan una semana de cole. Otros empezaron hace 3. Alguno queda que empieza hoy, como mis sobrinos en Luxemburgo.

Observemos cómo se comportan, escuchemos lo que quieran contarnos.
Acompañemos y respetemos sus tiempos de descanso y juego, que son muy necesarios.

Algunos niños lloran. Otros no.
Algunos niños no dicen nada. Otros no paran de hablar.
Algunos niños patalean al entrar y luego pasan bien el día. Otros entran bien y en cuanto la mamá o el papá hace el "TÚ-LA" es cuando entran en pánico.

Esto del "TÚ-LA" lo leí hace unos días en Instagram y me hizo mucha gracia.


Digamos que en versión extendida es la técnica del "tú-la-llevas".
Cuando los papás o mamás aprovechan que el niño se despista para desaparecer y marcharse corriendo sin que el niño le vea.

Respecto a los adultos. Familias y docentes.

Madre. Padre.
No es lo mismo llevar por primera vez al niño al cole, que si ya lleva años escolarizado.
No es lo mismo separarte de tu bebé, cuando se te acaba la baja por maternidad o paternidad, que empezar un nuevo curso cuando tu hijo tiene 8 años.

De igual manera, para los docentes.
No es igual comenzar en un cole al que acabas de llegar, que volver en septiembre a un colegio donde llevas años trabajando.
No es igual ser tutor que profesor especialista.
No es igual estar en un colegio en España, que estar como profesor visitante en EEUU.

Hay cantidad de cambios a los que todos debemos adaptarnos.


Aquí mis consejos

1. No quieras dejar de sentir lo que estás sintiendo.

Si te sientes triste por separarte de tu hijo.
Si te sientes estresado o estresada por toda la carga de trabajo que tienes.
Si sientes que no vas a ser capaz y te enfadas...

PERMÍTETE sentir todo eso.

La rabia, la frustración, el estrés...
No quieras controlarlo todo. Tienes derecho a sentirte mal, llorar o quejarte, si lo necesitas.

2. Respira.

Hace unos días vi un vídeo que me pareció precioso. Está enfocado más bien a la crianza de los hijos, pero me parece muy oportuno también para docentes.

Cuando te sientas desbordado o desbordada... RESPIRA.
Cuando tengas ganas de abandonar. Salir corriendo. Dejarlo todo...

Date tiempo. Tienes tiempo.
Todo va a salir bien.

Siente con certeza que esto también pasará.
Aunque estés viviendo momentos difíciles.
Aunque las cosas no estén saliendo como tú esperabas.
Aunque parezca que no tienes el control de la situación...

ESTO TAMBIÉN PASARÁ.



3. Vive el presente.

Nosotros mismos, también tenemos que procurar vivir el presente y disfrutar.

No sé si alguna vez lo habéis pensado...

Pero para esto los niños son grandes maestros de los que los adultos tendríamos que aprender.
Viven el momento con intensidad. Los juegos. Los cuentos. Sus relaciones...

Sí. Aprende  de tu hijo.
Aprende de tu alumno.
Porque es muy saludable.

Muchas veces nos hacemos "composiciones de lugar" de cómo será el momento de la incorporación a la escuela que luego nada tienen que ver con lo que será.

Gastamos cantidad de energía pensando en el futuro o recordando el pasado: nuestra propia infancia, cursos anteriores...

Si miramos hacia atrás, que sea para sacar algo positivo. Para seguir creciendo y agradecer todo lo que aprendimos y la gente que conocimos.

Y hacia delante... ¡Con ilusión!

4. Acepta la realidad y planifícate.

Claro que hay que tener una mínima previsión.

Familias

Si somos padres, tenemos que conocer un poco el centro donde llevamos a nuestros hijos. Cómo funciona, qué horarios tiene, con quién dejamos a nuestro peque...
Tenemos que conocer las normas del centro, los materiales que hay que llevar...

Docentes

Si somos profes y llevamos tiempo en un cole, quizá podamos saber si vamos a estar con los mismos niños del curso anterior o si tendremos un curso completamente nuevo.

Mi experiencia personal es que, aunque estés con el mismo grupo, NADA SERÁ IGUAL.
Los niños habrán crecido. Habrá algún compañero nuevo. Puede que algún otro alumno se cambie de cole...

Os garantizo que todo eso cambiará la dinámica de la clase. Nuestra forma de hacer. Nuestros planes y como os decía en la anterior entrada... Tenemos que adaptarnos.

Prioriza las tareas más importantes.
Márcate tiempos de trabajo y descanso.
Ten a mano herramientas como calendarios, cuadernos y agenda (de papel o digitales).
Ve adquiriendo el material que necesitas para tu aula, pensando cuál es básico y cuál es prescindible.
Planifica tus reuniones con compañeros y familias.

5. Límpiate

Por otra parte, os invito a que hagáis un ejercicio de limpieza.

No sé si tenéis la imagen típica del profe lleno de mochilas, bolsas, cuadernos, agendas...
Yo sí. Más que nada porque he sido también una de ellas.


Personalmente, en este momento, me encuentro en fase de "mejora". De orden. De optimización de recursos.

Esto implica desprenderse de objetos, papeles e incluso... personas.

No os asustéis. Con esto me refiero a alejarse o dejar ir a gente "que no suma", que no te aporta. Esta gente que se queja pero no propone nada. Gente que vive anclada en el pasado o en su propio punto de vista y es incapaz de avanzar.)

¿Para qué?

Para dejar sitio a lo nuevo. Para poder ir ligeros y abiertos a lo que está por llegar, que son muchas cosas. ¡Y seguro que muchas buenas!

El año pasado, ya durante los últimos días de agosto, estaba deseando volver al cole. Preparando materiales como una loca. Pensando en cómo sería la auxiliar de conversación nueva. Organizando los temas que iba a dar nuevos en Segundo de Primaria. Dando por sentado o anticipando cosas que no fueron, ni de lejos, como yo pensaba que serían.

¡Fue cantidad de tiempo y energía perdida!

En este momento no pienso en nada de eso. Sé que este curso será completamente distinto (entre otras cosas porque pasaré gran parte del curso con mi peque recién nacida en casa).
Estoy segura de que habrá momentos muy intensos. Habrá cosas que echaré de menos y cosas de las que me alegraré haberme alejado.

Os recomiendo que cuando os vengan los agobios y ese tipo de pensamientos tóxicos hagáis algún gesto tonto y digáis algo del tipo "¡fus, fus! ¡Fuera!"


6. Rodéate de buena gente 

Abre los brazos a la gente que puede ayudarte. Que es mucha.

En el caso de que seas mamá o papá, comparte tus experiencias con otras madres o padres.
Busca el cariño de tu propia familia. De tu pareja. De tus amigos.

Si cuando dejas a tu niño o a tu niña en el cole, te sientes mal, cuéntalo.
Procura proteger a tu hijo de tus pensamientos negativos, porque sino él o ella también lo pasará mal, pero no te los guardes para ti mismo y te recrees en la culpa.

Si eres docente...
Apóyate en tus compañeros. En esos que SÍ suman.
Rodéate de gente que te haga sentir bien.
Que te recuerde el buen trabajo que estás haciendo.
Rodéate de gente que crea en ti.
Gente que te haga reír.
Gente que te dé cariño.

Lee artículos o blogs que te ayuden.
Únete a una comunidad de maestros, como en los grupos de Facebook, donde poder compartir dudas.
Mira vídeos que te motiven y te den ideas...

¡RECUERDA!

Respira profundo. 
Date tiempo.
Todo va a salir bien.






¿Qué te ha parecido el post? ¿Te ha sido útil?
Déjame tus comentarios o sugerencias para seguir mejorando. 
Aquí, en Facebook, Twitter, por email... ¡Como tú prefieras!

¡Te espero!

domingo, 7 de febrero de 2016

¿Cuál es la meta? - Aprender a escucharte.

¡Buenos días a todos!

El viernes tuve la gran oportunidad de volver a la escuela donde estudié Magisterio, hace 10 años.
Para muchos, y con razón, será poco tiempo.
Para otros, que aún estén estudiando, será mucho.

Yo siento que es un número mágico.
Un tiempo muy intenso, en el que he ido creciendo como maestra y como persona.

Estoy hablando de la escuela universitaria La Salle.

En un momento en el que yo no sabía muy bien lo que quería, como la mayoría de jóvenes de 18 años, encontré mi lugar y mi vocación, guiada por grandes personas y profesionales, que nunca olvidaré.

La vida, tan sabia, sabe llevarte al lugar exacto donde debes estar, en el momento justo.

He tenido la gran suerte de reencontrarme con algunos de aquellos profesores, cuya mirada me devuelve la fuerza de mis valores, de mis grandes ideales, de mis señas de identidad.

El amor y el respeto.
La responsabilidad. Las ganas de innovar y esforzarme.
La compasión. La mirada tierna y comprensiva, hacia aquellos que más lo necesitan.
La risa y la creatividad.
Las ganas de trabajar en equipo y hacer algo grande.
Las ganas de aprender y compartir.

Es curioso cómo, desde pequeña, siempre quise trabajar con niños, aunque mi primera idea siempre fue medicina.
Es curioso cómo vuelven a mí los recuerdos... Aquellos momentos en los que bailaba y cantaba en cada rincón de mi casa, con apenas 5 o 6 años.
Es curioso cómo recuerdo las horas que pasaba dibujando, coloreando, escuchando música...
Observando y escuchando. Aprendiendo de todo. Disfrutando de mi familia, de los viajes, de la naturaleza... Fantaseando con un millón de vidas. Un millón de escenarios.
Hoy comprendo que todo aquello me hace ser quien soy hoy.

La semana pasada, compartía con mis compañeras Sara y Alicia, mi idea para el festival de final de curso.

Algunos dirán:

¡Sí que vas lejos! ¡Queda un montón!

Pero lo cierto es que siento que se puede hacer un trabajo bien bonito que, si vamos construyendo y preparando poco a poco, será... Inolvidable.

Y es que últimamente he vuelto a mis buenas costumbres:

  • Sonreír, 
  • cantar, 
  • expresarme,
  • dar cariño sincero, 
  • mirar a los ojos, 
  • abrir el corazón
  • observar y escuchar

A mis alumnos, sus familias y a mi entorno en general (compañeros de profesión, familia, amigos, pareja...)

Últimamente, veo con más claridad hacia dónde se deben dirigir mis pasos. Cuál es mi meta.

Como maestra, y como persona, una debe ser consciente de sus puntos fuertes. Preguntarse...

¿Qué me gusta?
¿Qué se me da bien? 
¿Cómo aprendí y aprendo mejor?
¿Qué me motiva?

Sólo desde ahí puedes ofrecer algo de valor.
Con la seguridad que te da tu esencia. Sin disfraces. Sin pretender ser algo que no eres.
Aceptando aquello que no puedes cambiar, en especial, lo ajeno a ti, y confiando en tu intuición y buenas intenciones, como hablaba en la última entrada.

Desde esa mezcla perfecta entre corazón y razón, debemos tomar decisiones para la práctica docente diaria.

Es en esta línea en la que llevo trabajando en las últimas semanas y en la que he profundizado en un curso que he realizado este fin de semana en La Salle.

"Metodologías interactivas. Inteligencias múltiples. Aprendizaje basado en proyectos"

Quiero agradecer en este punto a la organización y, especialmente, a Mónika Horch, directora del colegio Monserrat de Barcelona y a Mar Sánchez, directora del colegio Nazaret Oporto, de Madrid, por su trabajo, su compromiso, su luz, tan bonita, su buen hacer, sus palabras amables e inspiradoras y, por supuesto, su tiempo y dedicación en este fin de semana con los asistentes al curso.

Yo, que siempre me pregunto qué es lo fundamental en la escuela, me quedo con una idea por encima de todas: 

La escuela es un espacio para compartir.
Un espacio para brindar oportunidades de aprendizaje.
Un espacio donde ser.
Un espacio donde, en la medida de lo posible, cambiaremos el presente y el futuro de nuestra comunidad, a mejor.
Un espacio donde se deben mimar los detalles.

Porque aprender es amar.
Porque enseñar, compartir lo que uno sabe, es también un acto de amor.

En un mundo y una sociedad sobreestimulada.
A veces, intoxicada.
La sociedad de la información y la desinformación.
Las redes sociales vs la individualidad.
El consumismo y la búsqueda de valores...

Yo me pregunto...
¿Mi misión como maestra es "enseñar"?

¿Qué puedo enseñar de valor?
Si cada uno tiene su vida y su camino. Una experiencia totalmente diferente, pero igualmente valiosa.

Todo está en los libros. Todo está en Internet.
Todo... Menos lo que está dentro de uno mismo.

La reflexión.
Las emociones.
El cariño.

La comprensión de todo lo que nos pasa y pasa a nuestro alrededor.

Para mí, ese es el gran objetivo: acompañar en ese proceso de crecimiento, de reflexión, de evolución emocional, racional, social, física... 

Y con esto claro, sólo me queda ¡ponerme a trabajar!
Planificar, organizar, invitar a todo aquel que me quiera acompañar en esta aventura. En este gran viaje. Así que... 

Bienvenido lector. Bienvenido maestro. Bienvenida familia. Bienvenido alumno.

Estoy deseando escucharte. O como se llama este blog "Aprender a escucharte".


miércoles, 3 de febrero de 2016

Teaching control - El control en la enseñanza

¡Buenos días pequeños y pequeñas!

Ayer empecé un curso nuevo en el CTIF Oeste, en Villalba.
Es un curso que en su título nos hablaba sobre "nuevas técnicas de lectura" y, como siempre estoy buscando formas de innovar y mejorar mi práctica docente, por eso decidí apuntarme.

Sin embargo, curiosamente, ayer no hablamos sobre metodología, ni nuevas formas de enseñar a leer.
Estuvimos hablando sobre el control del aula. 

Sobre las normas, las rutinas, la forma en la que planteamos cómo se hacen las cosas...
Y no me refiero sólo a cómo enseñas Lengua o Matemáticas, sino a lo básico y fundamental:

- El orden en el aula.
- Las rutinas.
- El respeto hacia los compañeros.
- El volumen de voz que es aceptable.
- Las expectativas respecto al comportamiento de los alumnos/as.

Es muy recomendable dedicar un ratito a reflexionar no sólo sobre lo que estamos aprendiendo, sino sobre cómo lo estamos aprendiendo (y enseñando).

He aquí el inicio de una reflexión que me viene acompañando desde hace varias semanas, no sólo a raíz de este curso, sino de mi experiencia personal, como maestra y como coordinadora bilingüe.

Como madres/padres/abuelos y maestros/maestras, incluso, como personas individuales, fuera de la enseñanza, todos tenemos una intención al hablar, actuar, etc.

Por lo general, vamos a pensar y presuponer, que nuestra intención es siempre buena: ayudar, compartir, expresar nuestras ideas...

Pero la intención, por sí sola, no es suficiente.

A la hora de comunicarnos y relacionarnos con nuestros alumnos/as, hijos/as, compañeros/as, familia, pareja, amigos..., debemos guiarnos por varios factores:

- Intención.

Como ya dije antes. Definir lo que queremos. 
Nuestros objetivos, nuestras metas.

- Intuición

Independientemente de nuestros conocimientos (lo que hayamos estudiado, leído o aprendido por diferentes vías), hay un conocimiento en cada uno de nosotros que es subconsciente.
Sabemos algunas cosas, "sin saber muy bien cómo".

Por ejemplo, hay personas con las que conectamos "mágicamente", casi nada más conocernos. 
Con esas personas, nos resulta fácil hablar y trabajar. 
Hay "algo", en nuestro interior, (llámalo Alma, llámalo conciencia, subconsciente o como te guste más) que nos "dice" que podemos confiar en esa persona. Preguntarle lo que queramos, compartir cómo nos sentimos, nuestros recuerdos, nuestras expectativas... Sin miedo a malos entendidos porque, de alguna manera, reconocemos rasgos comunes (estilo personal, vivencias, valores comunes...).

Tengo la grandísima suerte de contar con algunas de estas personas a mi alrededor. 
Algunas familias, tan queridas.
Mis compañeras Alicia, Pilar, Sara, Cristina, Maite y por supuesto, la gran Carmen Cardeñosa. Mi ángel. Que aunque no esté conmigo en las aulas, por los pasillos, va conmigo a todas partes, con sus sabios consejos y su buen hacer.

Personas que hacen mi mundo bonito y, al fin y al cabo, mejor.
Porque me acompañan en mis "locurillas". Porque me sacan las sonrisas. Porque me dan confianza y fuerza. Porque con su forma de ser y dirigirse a mí, son como una caricia en mi día a día.
No puedo salvo darles hoy y siempre las gracias por ser tan maravillosas como son y por todo lo que me ayudan.

Dicho esto, quiero que quede claro lo que siento y creo:

Dejarse llevar por esta intuición es bueno, aunque a veces, nos falla.

En ocasiones, dejándonos llevar por el corazón, prejuzgamos erróneamente a los demás: sean niños o adultos.

Metidos en nuestro propio mundo (nuestro punto de vista), siguiendo nuestros ideales, nos resulta complicado entender cómo la otra persona hace las cosas de esa forma, tan personal y diferente a la nuestra.

Nos frustran los "errores" de los demás. 
Su falta de empatía, de detalle, de sentimiento, de delicadeza...

Sin embargo, debemos tener la mente, los oídos, los ojos y el corazón abiertos a APRENDER.

Darnos cuenta de que, aunque los demás sean diferentes de nosotros, aunque a veces "metan la gamba", también pueden enriquecer nuestro mundo, aportando cosas nuevas.

Además, no somos nadie para juzgar el camino de los otros.
Cada uno es consecuencia de sus vivencias y valores. Que quizá le vengan de familia, de generaciones atrás, de su infancia, de su pasado... ¡Y qué sabemos!

Lo que sí tenemos que hacer es conocernos bien a nosotros mismos y guiarnos por ese instinto. Ese olfato, que nos dice cómo debemos actuar en cada situación.

Hay que desarrollar nuestra capacidad de observación y análisis de la realidad.

- Seguridad.

Y aquí llegamos a un punto fundamental.

Hagas lo que hagas, tienes que hacerlo con convicción y fuerza.

Pongamos un ejemplo:

Tu hijo/a ha hecho una "trastada". Ha roto un vaso, ha pegado a su hermano, ha dicho una mentira...
Lógicamente, te enfadas.
Tienes todo el derecho de enfadarte o molestarte. No te lo niegues.
No obstante, siendo tú el adulto, la madre, el padre o la abuelita, debes pararte a pensar varias cosas:

1. Lo que ha hecho, ¿lo ha hecho con intención de hacer daño? 
2. ¿Qué te está diciendo tu hijo con esa "trastada"? ¿Hazme caso, tengo miedo, me siento solo, me aburro, estoy perdido o confuso?
3. ¿Le habías dicho explícitamente lo que esperabas de él? Cómo tiene que hacer las cosas y qué consecuencias tienen sus acciones.
4. El castigo que decidas para él/ella, ¿se corresponde con sus actos? Con esto quiero decir que si es un castigo o "regañina" justa. ¿O acaso te estás dejando llevar por tu propio enfado y frustración, descargándote con él/ella, sin medir las consecuencias de tus palabras o tus actos?
5. ¿Vas a ser capaz de cumplir tus promesas o amenazas? Porque sino lo vas a llevar hasta el final, ¿qué sentido tiene el castigo?

Personalmente, yo reconozco que a veces me fallan las fuerzas.
No pasa nada. Somos humanos. Imperfectos y no por ello, menos bellos.
Ser consciente de nuestras carencias, nos hace buscar soluciones, si estamos decididos.

He aquí la clave: DECISIÓN.

Equivocarse, como alumno, como maestro o como educador, en general (monitor, madre, padre, abuelito...) no es malo.

Aprende de tus errores y avanza.

Lo malo es vivir en la incertidumbre.
Tener miedo de hablar, de tomar decisiones, de actuar.
Ir en contra de lo que uno siente y cree.
La contradicción interna que "nos mata", poco a poco.

Hay que encontrar la fuerza dentro de una misma. En tus ideas, en tus valores, en tu experiencia, en tus conocimientos, en tus emociones, para llevar a cabo un plan.

Pongamos un ejemplo:

Tu hijo y tú llegáis del cole. Le ofreces la merienda y le dices: 
"Si no acabas los deberes, no hay tele/parque".
El niño, como niño que es, se pone a jugar, a dar vueltas, intenta "escaquearse", pierde el tiempo...
¡Para eso es un niño!

Tú, cansada, en parte por su conducta, en parte por todo lo que te haya pasado ese día, le avisas:

"Como no acabes, no vamos al parque". (Segundo aviso).
"¿Quieres acabar de una vez? (Tercer aviso).
"Me estás hartando. Acaba ya" (Cuarto aviso).

Y así podríamos llegar hasta el infinito.

Amenazas y más amenazas, que sólo consiguen enfadarte más a ti, que eres el adulto, y generar en el niño ansiedad o pasotismo, porque está aburrido de oírte repetir lo mismo una y otra vez.

Finalmente, acabas pegando el grito: "Se acabó. Te has quedado sin tele".
O peor "Mañana no hay tele".

Pero luego la tarde/noche es larga. Y como estás cansada, cuando tu hijo se empieza a poner "pesado", y te promete, jura y perjura que ya no lo va a hacer más, CEDES.

Al final, el niño gana: No ha hecho lo que tenía que hacer y además, ha hecho lo que él quería desde el principio, que es jugar y ver la tele.

ERROR.

Vamos a ver cómo podríamos resolver la misma situación de otra manera.

Llegamos a casa y HABLAMOS.

¿Cómo estás? ¿Qué tal el día? ¿Qué has hecho hoy?

Respuesta típica de tu hijo "Bien".

Tú, mamá, adulto, tienes que tirar del hilo.

¿Qué es "bien"? CONCRETA.

Vamos a sacar la agenda de la mochila, mirar juntos el horario y si tienes tareas para mañana.
Cuéntame algo divertido que te haya pasado en esta clase o en el comedor o con tu amigo o con tu profe de Inglés. (Ejemplos, los que queramos).

Es muy importante que tengas claro y que le hagas saber que es SU agenda, SU horario y SUS tareas.
Porque tú, mamá, tienes tu propia agenda, horario y tareas.
Cada uno tenemos un trabajo.

Con lo cual, la primera norma sería:

Al llegar a casa, "recoge tu mochila y saca tu agenda, de forma ordenada y tranquila."

Cuando nosotros concretamos exactamente lo que queremos: cómo y cuándo; el niño no tiene dudas. Esa seguridad, sólo te puede traer buenas consecuencias.

Por otra parte, hay y debe haber, un tiempo para hacer las cosas.
Las tareas tienen un momento, igual que el tren pasa a una hora concreta.
Si llegas tarde a la estación, el tren, se va.

Pasado ese tiempo, hay que retirar la tarea y pasar a hacer otra cosa.
Pasado el tiempo de los deberes, es el tiempo de descansar, de bañarse, de cenar, o de hacer lo que estimemos oportuno.

Luego ya concretaremos, acordaremos y le haremos saber a nuestro hijo qué pasa si no cumple con sus obligaciones. O, por el contrario, qué vamos a hacer para premiar el trabajo bien hecho (un paseo, leer un cuento juntos, un chocolate caliente, un baño relajante, una chuchería, una pegatina, un besito...)

Lo importante es darnos cuenta de que no cabe el enfado por ningún lado.
No hay avisos, no hay amenazas, no hay recordatorios.

Cada día, al llegar a casa, hacemos lo mismo.

Lo que pesa y tiene valor, es aquello que se repite de forma regular.

Un día, todos podemos dejarnos llevar y "despistarnos".
Un día, podemos olvidarnos el libro en el cole o no haber apuntado los deberes o tener que ir al médico, con lo cual, se nos hace tarde.

Ese no es el problema.

El problema es cuando siempre tenemos una excusa para cumplir con nuestra obligación.

De la misma manera que tú asumes, como madre, que tu deber es levantarte cada mañana y trabajar para que a tu hijo no le falte de nada, tu hijo debe comprender que su "trabajo", es cumplir con pequeñas responsabilidades A SU NIVEL.

¿Cuáles son sus responsabilidades? ¿Qué cosas podemos pedirles?

  • Copiar los deberes en la agenda de forma limpia y ordenada.
  • Recoger y sacar el material que necesite para hacer los deberes en casa o para llevar al día siguiente al colegio.
  • Hablar con respeto a mamá y a sus hermanos.
  • Esperar su turno, tranquilo, para hablar cuando dos personas están hablando.
  • Decir la verdad siempre.
Normas sencillas, concretas y formuladas siempre en positivo.

Como ya he explicado en muchas ocasiones, es mucho mejor tener pocas normas, pero bien claritas, que no tener un montón de ellas que no cumplimos nunca.

Estando todo claro y bien definido, no hay miedos ni inseguridades.

Y, ¿si me equivoco?

Si te equivocas, mañana tienes la oportunidad de volver a empezar.
De hacer las cosas mejor.
De comunicarte de forma sincera y concreta.
De pedir perdón, si tienes que hacerlo.
De trazar un nuevo plan, si vemos que es necesario.
De premiar aquello que va bien.
En definitiva, de seguir avanzando y APRENDIENDO JUNTOS.

¡Feliz día bonitos míos!
Vamos a por el miércoles.


miércoles, 28 de octubre de 2015

Classroom management 2. Reflexión docente acerca del bilingüismo y el comportamiento.

Buenos días,

Visto el éxito de la última entrada acerca del mismo tema, hoy traigo un segundo post con ideas acerca de cómo manejar el comportamiento de los alumnos.

Todos los maestros y familias, tenemos en nuestras clases o nuestras casas, algún niño o niña a la que le cuesta cumplir las normas.

Personalmente, pienso que los niños no son malos. Ningún niño es "malo".
Sí hay comportamientos más o menos adaptados al entorno.

Después de estar investigando y reflexionando sobre este tema largo y tendido, me parece importante compartir esta idea.

¿Realmente es el niño el que se porta mal o eres tú el que se porta mal con el niño?

Piénsalo.

¿Alguna vez te has planteado cómo te sientes cuando te fuerzan a hacer algo que no quieres?
¿Cómo te sientes cuando hay algo que, por mucho que intentes, no te sale?
¿Alguna vez has pensado en cómo te duele cuando te dicen de una forma hiriente que te has equivocado?

Personalmente, son preguntas que yo me hago.
Quizá porque tengo una sensibilidad especial.

El título de este blog, y mi idea inicial, era "aprender a escuchar". Como decía, al comienzo de estos 4 años, ponerme a la altura de esos "locos bajitos" y realmente, llegar a ellos. A su corazón y esa magia tan bonita, que sólo tienen los niños y muy poquitos adultos.

El año pasado, compartí una experiencia que llevé a cabo en Lengua.
"Doña Desastre".

Y quizá eso sea yo en este momento... Una "doña Desastre", que parece un elefante en una cacharrería. Todo el día corriendo. Todo el día con cosas medio a hacer. Mil despistes, olvidos y desorden que me come por las orejas.

(Si queréis leer aquella entrada, os la dejo aquí)

En los últimos días, he de decir que confirmo mi sentir.
No me gusta ser profesora de inglés.
No.
No me gusta. ¡Y eso que no lo hago tan mal!

Yo hablo el lenguaje de las emociones.
Y me siento mucho más cómoda en castellano.
Es mi lengua materna. Una lengua que he aprendido y mimado.
Desde muy pequeña me gustó escuchar historias, ver cuentos, jugar y escribir.
Desde muy pequeña, he pasado horas hablando con mi madre. "Arreglando un poco el mundo", como diría la madre de mi chico.

¡Lo del inglés es otro tema!

Yo aprendí inglés de una forma muy natural porque mis padres me dieron la oportunidad de vivir muchas experiencias positivas al respecto.

Desde que tenía dos meses, todos los veranos íbamos a Inglaterra.

La música, desde que tengo uso de razón, mueve mi corazón.
Desde muy pequeña, rápidamente me aprendía las letras en inglés, que no me cansaba de escuchar, repetir y buscar incluso por Internet, cuando ya supe leer y tuve acceso a un ordenador con conexión.

También tuve experiencias académicas muy positivas.
Siempre se me dio bien. Desde los primeros cursos de Primaria, tuve un nivel muy superior a la mayoría de niños de mi clase.

Además, tuve la oportunidad de pasar un mes de nuevo, ya siendo más mayor, y yendo sola, en el sur de Inglaterra con una familia.
Una experiencia que recomiendo. Conocí a gente de muchos países con la que tuve ocasión de escribirme cartas durante mucho tiempo.

A la hora de empezar a trabajar, ha sido una puerta, claro que sí.
Una herramienta que me ha sido muy útil, pero que no siento mía.

A lo largo del tiempo que llevamos de curso, he estado reflexionando acerca del bilingüismo.
¡Qué gran reto!

Gracias al máster de la Universidad de Alcalá de Henares, he abierto los ojos a muchas cosas que, intuía, pero necesitaba confirmar.

1. La perfección no existe.

Tenemos una idea de esa persona que maneja dos idiomas de forma fluida, a un alto nivel.
"Dos nativos en una sola persona".

Pregunta... ¿Qué clase de nativo tienes en mente?

¿Acaso todos los ingleses, americanos o australianos que imaginas (o que incluso conoces) son eminentes ilustrados? ¿Catedráticos? ¿Filólogos?

¿Soy yo bilingüe? Sí.
¿Tengo el mismo nivel de fluidez, vocabulario y corrección fonética y gramatical en ambos idiomas?
No.

Es cierto que hay personas que nacen con dos idiomas. Uno que aprende con la madre y otro con el padre, desde casa. O bien, uno en casa y otro en el entorno más cercano.

Pongamos el caso de mi sobrina Carlota.

Lleva ya más de dos años viviendo en Zurich (Suiza).
En el colegio, en la calle... Se habla alemán.
Ella entiende mucho, pero habla poco.

En casa, cuando visitan España, castellano o catalán (por la familia paterna).
Ella entiende y habla mucho, aún con errores, a pesar de tener casi 6 añines ya.

¿Es beneficioso para ella el aprender un segundo idioma desde tan pequeña?

Según multitud de estudios, a ciertas edades muy tempranas no está demostrado el beneficio o perjuicio.

Sin embargo, según otros estudios (opinión que comprarto) sí lo es, SIEMPRE QUE se dé un refuerzo en su lengua materna, el castellano, para desarrollar lo que subyace a cualquier lengua: el pensamiento.

O lo que el señor Jim Cummins, llamó "Sistema Operativo central".

Todas las lenguas comparten unas funciones y, desde esa perspectiva, el aprendizaje de una lengua, beneficia al aprendizaje de la otra.

Sin embargo, planteo otra cuestión:

¿Se puede forzar el aprendizaje de un segundo idioma cuando no se tiene anclada la lengua materna?
No creo.

Realmente es una oportunidad.
¡Claro que sí!

Pero lo cierto es que siempre habrá una lengua dominante. Una con la que el niño, que luego será adulto, se sienta más cómodo.

¿Esto es fijo e inamovible?
No.

En función del entorno y la NECESIDAD, una de las dos lenguas podrá desarrollarse más que la otra, llegando a hacerla más propia que la materna.

Dicho esto, no quiere decir que aprender un segundo idioma no sea beneficioso. En absoluto.
Tiene muchas ventajas, pero también grandes implicaciones.

2. Gran cosecha, gran trabajo.

El curso pasado inicié la aventura bilingüe en mi colegio.
Y digo bien, aventura, porque esos niños y yo, hemos pasado de todo.
Risas, lágrimas, enfados, alegrías...

Grandes recuerdos que me llenan el corazón.

Me he volcado en ellos por completo, haciéndome responsable de sus resultados.
Y ahí sí que no.

Los niños son responsables de su propio aprendizaje.
Así debe ser.

Ni nosotros podemos aprender por ellos, ni ellos deben ser meros espectadores de lo que ocurre a su alrededor.

Si estudian, si se esfuerzan, si muestran interés, si participan, si preguntan, si comparten... Los resultados serán grandiosos, sabiendo también que la paciencia es un ingrediente fundamental a la hora de "cocinar" en el mundo del conocimiento.

¡Ojo! Esos resultados "grandiosos" no implican tener un 10. Me refiero a la evolución respecto al potencial de cada niño. Porque todos no somos iguales ni debemos serlo. Y por lo tanto, tampoco debemos ser evaluados y valorados de la misma manera.

A día de hoy, veo algunos alumnos en mis clases, con un nivel de comprensión del segundo idioma enorme. Están descubriendo y compartiendo conmigo la magia del lenguaje.

Rápidamente, van haciendo conexiones y dándose cuenta de detalles

- Significado de las palabras.
- Relación entre ambas lenguas: aspectos comunes y diferentes en cuanto a estructura y sonido.
- Spelling (u ortografía).
- Patrones en la terminación o composición de las palabras.

Ser testigo de esto, me parece simplemente maravilloso.

No quiero permitir que nadie empañe este momento, haciendo evidente todo lo que no sabemos, hacemos mal o nos queda por aprender.

¡Claro que hacemos cosas mal! ¡Estamos aprendiendo!
Si supiéramos todo en dos años, ¿para qué ir a la escuela?

Si yo, como maestra, también supiera todo, ¿para qué levantarme por la mañana?

3. Amor

Confianza. Respeto. Cariño y paciencia.

¿Una estrategia que estoy utilizando últimamente?

Cuando veo algún niño que se pone muy nervioso y se descontrola, en vez de regañar, especialmente en Infantil, digo, "ven aquí, cielo".

Dejo al niño entre mis piernas, sentada yo también en el suelo.
Primero en silencio, dejo pasar un poco de tiempo para que se calme.

Después, le acaricio la cara, le hago preguntas, le sonrío a poquito que esté mejor.
Le involucro en lo que estemos haciendo: leyendo o escuchando un cuento, cantando una canción, etc.

No tengo ningún miedo de mezclar idiomas en ese momento, dándole el refuerzo positivo en castellano, ya que, como digo, es su lengua materna, me entienden perfectamente y les llega mucho más.

En un tono tranquilo y cariñoso, le digo lo que me gusta y lo que no.

Le hago ver las consecuencias que tiene su conducta y, sobre todo, le doy la confianza que necesita.
Diciéndole lo bien que lo puede hacer, porque me lo demuestra.

Muchas veces digo:


¿Qué es portarse bien?

Les hago reflexionar y verbalizar conductas concretas.

Es muy importante que los niños tomen conciencia de cosas concretas que sí pueden hacer.

A mí estas frases de "ya no lo voy a hacer más", me dan hasta risa.

Normalmente, cuando me dicen "ya no lo voy a hacer más", yo les contesto:


¿Qué es lo que no vas a hacer más?

¿Moverte? ¿Pegar accidentalmente a un compañero?

1. No es cierto que no lo vaya a hacer más. Y no es porque sean malos. Es que tienen una energía que no saben controlar ni canalizar.

2. Una frase aprendida que suelto como un loro, igual que "lo siento", no vale para nada.

Muchas veces cuando los niños dicen "lo siento", no lo sienten en absoluto. No lamentan ni se arrepienten de su conducta porque simplemente son naturales.
Hacen lo que les nace en cada momento.

¡Qué gran virtud ser tan honestos!

Lo que sí tienen que comprender es la consecuencia de su conducta. Y sobre todo, tener un referente. Una conducta alternativa más adaptativa.

A veces se la tendremos que mostrar. A veces podremos tener un modelo en otro niño.

Formula en positivo.
Un ejemplo:

En vez de "cállate. No grites." --> "Habla más bajito".

Yo procuro hacer un "escáner" rápido y, en cuanto encuentro alguno que se esté portando como en ese momento hace falta, digo "Fulanito, very good!"

Parece como "magia", porque en realidad, todos quieren que les digas que ellos también están "Very good!". De hecho, se sientan bien y, algunos de ellos, dicen su propio nombre y "Very good!".

Porque sí. Todos necesitamos que nos digan que lo estamos haciendo bien.

Que nos den una palabra de aliento y ese gesto: guiño, abrazo, caricia, sonrisa... Que nos haga sentir que el esfuerzo merece la pena.

4. Adáptate tú.

Mira a tus alumnos o a tus hijos.
Obsérvalos.
Escúchales.

Fíjate qué cosas se le dan bien y le gustan.
Dale la oportunidad de demostrar lo bien que se le da algo y en ese momento, valóralo.
Dile cuánto te gusta eso que hace.

Saltar.
Bailar.
Cantar.
Pintar. Recortar y pegar. Modelar plastilina. Cualquier actividad con la que puedan, al menos, mover las manos.

Dales la oportunidad de canalizar su energía a través del movimiento y actividades cortas que disfruten y en las que tengan éxito.

¡Y disfruta tú también!

El entusiasmo es una cosa que se contagia. Si a ti no te gusta nada lo que estás haciendo, ¿cómo les va a gustar a ellos?

La motivación es eso, un "motor" que les pondrá en una mejor disposición para algo más difícil que te quieras plantear más adelante, cuando estén preparados. No cuando tú se lo impongas.

Cambia de actividad frecuentemente y de posición (de pie, sentados en el suelo, moviéndonos por el aula...)

No podemos tener a niños tan pequeños 45 minutos sentados y callados.

Muy pocos de ellos son capaces de aguantar.

Así que, pregúntate de nuevo

¿Es el niño el que se porta mal o soy yo la que me porto mal con él?


Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...