Pienso que nos puede ayudar a reflexionar sobre cómo vivimos el día a día.
Sumidos en nuestros problemas, nuestros enfados y disgustos (muchas veces tontos, si lo pensamos fríamente).
Creo que es una gran lección para niños y adultos, incluyéndome a mí misma:
¿Qué pasaría si por un rato decidieras regalar algo de cariño a los demás?
Lo más probable es que descubras que detrás de tanto enfado, se escondía la necesidad de eso precisamente, un abrazo. Una caricia. Una sonrisa. Una mirada dulce.
El más mínimo gesto que pueda reconfortar y te hacer sentir al otro que no está solo. Que saldrá adelante. Que detrás de tanto gris, hay un mundo lleno de regalos y experiencias.
Y, si me lo permitís, voy más allá porque llevo varios días dándole vueltas a la cabeza.
Cómo nos meten desde bien pequeñines esa idea de:
- No llores.
- No pasa nada.
- No estés triste.
- Ya se pasó.
Y mi favorita... "Los niños no lloran".
¿Y por qué no vas a llorar si te sientes mal?
Pienso que tanta presión acaba por bloquear emociones que deben dejarse salir para poder después aceptarlas y superarlas.
Pienso que hay tanta gente que no se conecta con lo que siente y le duele, que acaba colapsada, teniendo reacciones desmedidas por no haberse permitido sentir "pequeñas penas".
Yo propongo que haya momentos en los que nos pongamos a la altura de los niños/as (o no tan niños/as) y decir:
"Está bien. Entiendo que te sientes mal. Llora si lo necesitas." Y acompañar esto de... Un abrazo.
Aquí el vídeo...
Gracias Carol por tus palabras!!!. Me ha encantado la entrada, me has hecho reflexionar, ...la falta de tiempo para agradecer, comentar, o simplemente dejar una sonrisa, ...es el mejor de los regalos, para quien lo recibe. Besos
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