domingo, 29 de mayo de 2016

¿Por qué los niños se aburren?

Esta mañana me he leído un artículo en inglés con el que estoy muy de acuerdo. 
Una terapeuta ocupacional habla sobre el aburrimiento de los niños/as, su falta de paciencia, su baja tolerancia a la frustración... Podéis leerlo al completo aquí.

Siempre he reflexionado mucho sobre la infancia, las necesidades de los niños/as, su comportamiento... De hecho, con ese motivo nació este blog.

El presente curso, aunque está ya por acabar, ha sido bastante decisivo. Ya no veo las cosas como antes ni le ofrezco a la escuela todo de mí como solía hacer, aún siendo a costa de mi salud o mi descanso en tantas ocasiones.

Quizá me he caído del "guindo" por haber vivido esta profesión con tanta pasión hasta ahora.
Quizá una dosis de realidad nos pone a todos en nuestro sitio, porque la ilusión se da de bruces contra el sistema o las posibilidades del centro educativo y las familias con las que trabajamos.

Es muy común escuchar una frase tipo "abuelito": 

Los niños/as ya no son lo que eran. Cuando yo era pequeño/a...

Yo misma, y sobre todo a raíz de mi embarazo, pienso mucho en cómo son los niños/as de mi entorno: de mis hermanas, de mis amigos, mis alumnos/as... 
Cómo era yo de niña. Cómo eran mis padres. Cómo espero yo ser como madre.

Todos vemos que la infancia está cambiando, pero me pregunto si somos conscientes hasta qué punto somos nosotros mismos los que los hemos hecho así.

Cuando mis alumnos/as llegan al aula, cada día, curso tras curso, van acompañados de sus "mochilas". Un bagaje, unas experiencias que fundamentalmente se dan en casa. 

Rápidamente te cuentan todo porque los niños/as están deseando compartir sus inquietudes y sus vivencias. Y aquel que no te cuenta directamente, lo acaba haciendo a través de su conducta diaria, su comportamiento con los demás, sus manías, sus despistes, sus dibujos, sus diferentes trabajos. 

En este curso, especialmente con uno de los grupos, he vivenciado cantidad de conflictos, tanto personales como entre iguales.

¿Qué les pasa a los niños?

Damos por sentado cosas básicas: un sueño suficiente, un desayuno diario y nutritivo, pequeñas responsabilidades... 

Sin embargo, mi realidad no es esa.


Meses atrás, me preocupaba el "no dar clase de inglés" por tener que estar resolviendo los problemas que se dan en el grupo o los que trae cada uno de casa. 

Luego me di cuenta de que lo realmente importante está en su interior y el mío. Eso que nos contamos e intentamos resolver, nos sirve para la vida. Nos une y nos da una sensación de seguridad.

Hace poco, una alumna mía, entre lágrimas, me abrazaba y me decía:

- Es que Carol... Sólo estoy bien aquí en el cole.

Me partió el corazón y no pude más que devolverle el abrazo y acompañarle en su dolor.

Lo que observo, cada vez más es que:

- Los niños/as no duermen lo que deben, 
- Pasan la mayor parte de la tarde, la noche y las mañanas viendo la tele. 
- Las familias que tienen más recursos, ofrecen a sus hijos otros aparatos  electrónicos, como la tablet o el móvil, con los que los niños pasan horas y horas jugando (o pensando en jugar).
- Un porcentaje elevado de niños/as no desayunan o tienen unos hábitos alimenticios muy deficitarios.
- Los niños/as no afrontan retos pequeños como atarse los cordones, porque "como no saben", sólo tienen zapatos de velcro.
- Los niños/as no asumen una responsabilidad básica como es hacerse cargo de sus propios materiales. "Mágicamente" los libros, los lápices, la agenda... desaparece. Y la respuesta más común de los niños es:  - Es que mi madre...
- Muchos niños/as no son capaces de dormir en su cama, sin tele y sin papá o mamá ni un solo día.
- Muchos niños/as, rompen a llorar si no les preguntas primero o si un día no tienen gominola.
- La mayoría de los niños/as no saben esperar su turno o aceptar que sea otro el que se lleve el reconocimiento y un largo etc. 

Hablo de niños 8 años. No de 1 o 2 añitos.

Las "rabietas" hace tiempo que dejaron de ser algo típico de los 15 meses-3 años, para quedarse "ahí enquistadas".

Y es que no las afrontamos.

Les damos lo que quieren cuando quieren. 
No les acostumbramos a esperar o a aceptar pequeñas frustraciones.
Les llenamos de "cosas", pero no de la atención y cariño que necesitan.

Muchos niños/as se portan "mal" porque se aburren.

¿Pero por qué se aburren?

Porque no están acostumbrados a tener tiempos o espacios en los que no haya una tele, una "maquinita", un juguete que los hiper-estimule. 

Al lado de los dibujos o los videojuegos, todo es aburrido.

Hace no mucho, estuve en una conferencia de Mar Romera, presidenta de la asociación de Franceso Tonucci (www.apfrato.com) y me quedé con una frase: 

- Yo no quiero que mis hijas sean felices, yo quiero que mis hijas sean fuertes para afrontar lo que la vida les mande.

Desde la dulce espera, pienso mucho en mi propia infancia. En las cosas que mis padres, que mi madre, hicieron conmigo desde muy niña y que recuerdo con gran cariño:

- Cocinar con ella.
- Estar a su lado mientras cosía, leía o planchaba.
- Ayudar a doblar las sábanas grandes.
- Hablar.
- Compartir el tiempo juntas.

Y la mayoría de esas tardes o días de fin de semana, vacaciones... No había tele, ni ipad, ni móvil.

Mis hermanos y yo no podíamos ver la tele por las mañanas y por las tardes, sólo la veíamos un rato.
¿Siento ahora que echo de menos haber visto más la tele? ¡En absoluto!

Hace unos días, estuve pintando con pincel con mis niños de 2º y tengo que decir que me quedé muy sorprendida. No saben usar el pincel ni limpiarlo. Sus dibujos, en su inmensa mayoría, son muy básicos. Faltos de vida, de detalle, de esfuerzo.

Esos pájaros que son uves.
Esos árboles que parecen "chupachús".

Un comentario muy común entre mis alumnos/as es: 
- Qué bien dibujas. Eres una artista.

Y no es que yo sea pintora profesional (ni mucho menos), pero todo tiene un origen. Desde muy pequeña, pasé horas y horas dibujando, pintando, usando todo tipo de pinturas, rotuladores, etc. Y no delante de una pantalla.

Muchos padres se quejan de la cantidad de deberes que tienen sus hijos/as.

Personalmente, estoy de acuerdo. Las jornadas escolares son largas y los niños/as tienen que descansar y jugar. 

JUGAR.

Salir a la calle, al parque. Relacionarse. Inventar...

Pero cuando tenemos el tiempo, quizá somos los propios adultos los que no tenemos las ganas.
Las ganas de jugar con nuestros hijos.
De ponernos con ellos a leer, a dibujar, a cocinar, a inventar, a moldear.
El tiempo de conocernos y compartir. 

También los niños/as precisan tiempo para hacer "cosas que no nos apetecen". Que no son tan divertidas. Como las tareas del hogar, recoger la ropa o los juguetes, preparar las cosas para el día siguiente...

Las habilidades sociales. La paciencia. La creatividad.
Todo se entrena.

Regálale a tus hijos/as lo mejor que tienes. Que eres tú mismo/a.

Y como maestra... No olvides nunca. Tus alumnos/as no aprenden lo que les enseñas. 
Te aprenden a ti.


2 comentarios:

  1. Interesante reflexión aunque en mi opinión un poco apocalíptica. Yo creo que la vida es cíclica y que la gente siempre piensa que su infancia fue mejor que la los que le siguen, pero no es así. Hoy en día los niños tienen sus juegos y entretenimientos de la época que les ha tocado vivir, no son ni mejores ni peores que los nuestros, son distintos. Aún recuerdo como mi padre se empeñó en que jugara con un aro de hierro que el me fabricó y no jugué jamás para tristeza de él, "no era de mi generación". Yo que tengo varios hijos veo como hacen exactamente igual que lo que yo hacía de niño. Hay temporadas que les da por la consola y otras ni la miran, otras veces todo el día jugando al fútbol en la calle y luego otras no miran el balón. Veo en mi hijo el mayor como recuerda con nostalgia con sus amigos aquellas tardes interminables de consola al igual que yo recuerdo mis momentos con los míos. En definitiva, el mal no es de la tecnología, el mal está en empeñarse en no dejar a la gente ser feliz. Mi madre que tiene 83 años y que trabajó desde los 9 siempre me cuenta lo feliz que fue en su infancia a pesar de trabajar y vivir en la Aravaca de postguerra.
    Por el contrario, yo si quiero que mis hijos sean felices como mis padres quisieron que yo lo fuera, si vives feliz siempre vas a querer estar así y tu vida la organizaras de tal manera que siempre busques la felicidad.
    Si hoy en día hay niños infelices es por la tiranía de algunos padres en empeñarse en crear super niños pensando que los preparan mejor para un futuro incierto y no los dejan en paz. Un niño debe ser feliz y jugar mucho con lo que corresponda a su generación, porque un niño feliz tendrá muchas probabilidades de ser un adulto feliz. Es mi opinion.

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    Respuestas
    1. Desde luego no era mi intención dar una visión apocalíptica. Ni mucho menos.
      Ni tampoco digo que todo tiempo pasado sea mejor.
      Sólo digo que hay que estar "al loro". Pendientes. Y que la tecnología, que yo por supuesto uso, tanto a nivel personal como en el aula, no suponga que ya no hay nada más.
      Hay que buscar el equilibrio y no perder las buenas costumbres.
      ¡Por supuesto que también hay juegos maravillosos hoy día!
      Pero sí creo que hay que tomar conciencia sobre la importancia de no sobre-estimular a los niños/as y sobre todo, pasar tiempo con ellos.
      Vivimos en la era de las oportunidades, pero no las aprovechamos.
      Es triste, pero cantidad de veces, se ve en restaurantes a familias enteras que no conversan, sino que están cada uno con su móvil o tablet, en vez de disfrutar el tiempo juntos.
      Un niño debe ser feliz pero también tiene que saber experimentar otros sentimientos y de ellos, salir fortalecido y mejor.
      Porque si no le das las oportunidades de equivocarse, sufrir y superarse, ¿cómo se va a enfrentar a su futuro? O sin ir tan lejos, ¿cómo crees que se enfrenta a cualquier problema que tiene en la escuela, con sus compañeros/as? Se bloquean y no tienen recursos.
      De verdad que es un "mal" muy común. Lo veo en la grandísima mayoría de mis alumnos/as.

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