El rincón de pensar

Acabo de leer un artículo acerca de la silla o el rincón de pensar.

Es un recuso que todos conocemos. Bien por experiencia propia, cuando eramos chiquitos, bien porque nosotros mismos lo empleamos, ya sea en el cole, como en casa, si tenemos niños.

En este sentido, estas reflexiones creo que son muy constructivas.

A veces, cuando empleamos los castigos o técnicas de modificación de conducta, en este caso, el nombre técnico sería "tiempo fuera", somos impulsivos.

Es importante que, estando con los niños, tengamos puestas todas nuestras energías en ellos y los 5 sentidos.

Ante un conflicto, ya sea que un niño ha roto algo o que ha pegado a un amiguito/hermano, hay que hacer una recapitulación para ver qué ha pasado.

Es fundamental conocer los antecedentes de la conducta a la hora de "decidir" qué hacer.

Por otra parte, en algunas ocasiones, los adultos, "dueños del poder", somos los que imponemos, decidimos y "solucionamos" lo que ha pasado.

Cuando a un niño le decimos "Fuera. ¡Vete a pensar en lo que has hecho!"...

¿Qué se le pasa por la mente?

Por un lado, está enfadado. Y mucho más enfadado después de la regañina.
Está triste, frustrado...

Se encuentra en un momento donde las emociones le invaden y le desbordan. Y así, no se puede pensar.

Otra frase muy común es "Como te vuelva a ver haciendo eso...".

¿Qué entiende el niño?

Alguno se sentirá bloqueado. Y algún otro, pensará "la próxima vez no me pillarás".

Lo que debemos hacer en estos casos es proporcionar estrategias y alternativas para responder ante los conflictos. A ser posible, de forma proactiva, no como remedio.

La inteligencia emocional debe trabajarse desde Infantil. Enseñar (y aprender con los niños, porque nosotros tenemos la tarea y responsabilidad más importante) a gestionar sus emociones.

Pero no sólo en momentos puntuales, ante un conflicto, sino, de forma cotidiana. 

Es importante dedicar un tiempo para que los niños pongan palabras a lo que sienten. Trabajar en el reconocimiento y expresión de emociones.

Y sobre todo, practicar el respeto y la serenidad, empezando por nosotros mismos, ya que somos el modelo en el que ellos se fijan, y reproducen constantemente.

Aquí os dejo el enlace al artículo, por si lo queréis leer...

¿Qué aprenden los niños cuando los mandamos al rincón de pensar?